Cómo hablar sobre drogas con los más pequeños: comunicación preventiva (hasta 6 años)




El hecho de que un niño de tan corta edad mencione alguna palabra relacionada con las drogas o pregunte sobre ellas  puede ponernos nerviosos, pero no hay razón para ello.
La etapa hasta los 6 años es un periodo en el que el niño pregunta sin cesar y demanda una respuesta inmediata, y una respuesta que pueda entender y asimilar. En este caso las mejores respuestas suelen ser las más simples.

Quizás nos cuestionemos qué preguntas serían adecuadas para formular al niño, y la respuesta  sería: ninguna, al menos no a tan corta edad. En general se constata una clara indiferencia del menor hacia el tema de las drogas, lo cual nos permite una abstención informativa inicial.
Preguntar al niño sobre las drogas es innecesario e incluso arriesgado, dado que por el mero hecho de ser preguntado puede interpretar que es un tema que sí debiera importarle, y podríamos orientar su curiosidad insistente por saber en una dirección que por el momento está al margen de su interés.

Sin embargo, sí es posible y frecuente que sea el propio niño quien tome la iniciativa al respecto y formulen alguna pregunta sobre drogas,y sería completamente normal, ya que las drogas están en el entorno (colillas, botellas de alcohol, medicinas) y reciben información en lo que ven y oyen en los medios de comunicación. Al pequeño le llegan retazos de información, los ve en la pantalla de la televisión o escucha a los mayores, y es común que, por su afán de participar en el mudo, formulen ciertas preguntas.  Estas preguntas nacen de la curiosidad natural del niño por conocer y las respuestas deben ser formuladas de manera simple y natural.

Es muy importante tener en cuenta los siguientes puntos:
- No debemos considerar las drogas un tema tabú.
- Tenemos que responderle, porque si el niño  no obtiene una respuesta que le satisfaga, será el mismo quien se responda inventando una explicación a su demanda.
- El diálogo con el niño ha de ser sincero y tranquilo, sin alterar el tono de voz ni ponernos muy serios o nerviosos.
- Es bueno sondear la causa de su interés tras haberle dado una respuesta sencilla (“-¿Qué es una droga? –  Pues es una cosa que si te la tomas te puedes poner muy enfermo...¿dónde has escuchado esa palabra?”)
- Hay que tratar el tema con cautela y controlar las formas no verbales y el tono de voz, ya que si el niño percibe reproche o nerviosismo cerrara abruptamente su comunicación.
- Adoptar una postura de alarmismo para asustar  al niño no es una buena idea, porque puede producir el efecto contrario y alimentar aun mas su curiosidad y el deseo de averiguar más sobre la cuestión. (Ejemplo de respuestas contraproducentes : “¿pero qué barbaridades preguntas?” , “las drogas te matan”...)
- Además, es importante que los padres se pongan de acuerdo para responder lo mismo y adoptar una postura similar, evitando así la confusión del pequeño.

En resumen, podemos decir que los principios comunicativos que deben presidir estas interacciones son la serenidad, naturalidad, claridad, sencillez y delicadeza.


Fuente: FAD (2008). ¿Qué les digo? Cómo escuchar y hablar sobre las drogas con nuestros hijos. Madrid: Fundación de Ayuda contra la Drogadicción.

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